LECTURAS 2017/2018

26 SEP 17 Manual para mujeres de la limpieza - Lucía Berlin

30 OCT 17 Patria – Fernando Aramburu

21 NOV 17 24 horas en la vida de una mujer – Stephan Zweig

19 DIC 17 La calle de la judería - Totti Martinez de Leza

30 ENE 18 Demonios familiares – Ana Mª Matute

27 FEB 18 Media vida – Care Santos

20 MAR 18 El blog del Inquisidor - Lorenzo Silva

24 ABR 18 Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido – Paloma S. Garnica

29 MAY 18 El domingo de las madres – Graham Swift

26 JUN 18 Ojo de pez - Antonio J. Ruiz Munuera

viernes, 29 de noviembre de 2013

Pedro Páramo de Juan Rulfo


Asistentes: Alicia , Loli , José Carlos, Juan Ernesto y Carmen.

 

Deprimente, decepcionante.

 

Traición a mí mismo, porque nunca releo un libro.  Me gusta que me impacte, ni siquiera me gusta leer el prologo.

 

Obra de ingeniería en un México de los años 50.

Pienso que la obra es una maravilla, juega con muertos y vivos, en una atmósfera donde no encajan las piezas y toda flota.

 

Surrealista: Relación de la muerte y la vida.

 

Alícida = Alicia + ácida.

 

Pedro Páramo… Me ha costado seguirlo y leerlo.

Descripción de los personajes excepcional e interesante. En algún momento me he sentido perdido.

 

Episodio de los revolucionarios: Muy divertido.  Padre Rentería.

 

Amor incondicional de Pedro a Susana. Recuerda Al amor en tiempos de cólera

Por el camino me cepillo a toda la que pillo. Entretuvo la espera y así iba perfeccionando la técnica.

 

Cuando la pilló, estaba la otra ni chus ni mus.

 

Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.

 

Puntuación: JE 7,5 , Alicida 5, JC 9 , Loli 5 , Carmen 4.

 


jueves, 21 de noviembre de 2013

CONFESIONES DE UNA MÁSCARA de Yukio Mishima

                                                       
 YUKIO MISHIMA



Esta novela del escritor japonés Yukio Mishima fue publicada en 1949 y supuso la consagración del autor en el panorama literario de posguerra.
Es una novela con connotaciones autobiográficas, que cuenta las vivencias del protagonista desde su infancia hasta los 22 / 23 años. Es el primogénito de los hijos y está totalmente dominado por su abuela, quien le inculcó la fascinación por la muerte.
Es un joven extraño, de constitución enfermiza, se siente atraído por su mismo sexo aunque lucha contra esta tendencia, sus fantasías sexuales son sádicas con imágenes de sangre y muerte.
El título de la obra refleja la esencia del protagonista, enfrentado a una realidad ante la cual se ve obligado a fingir constantemente, a los demás y a sí mismo.
Este libro refleja los recovecos de un carácter contradictorio que pretende ser sincero a pesar de ser tan solo una máscara.
El libro tiene un final abierto, las obsesiones del joven no se han desvanecido, sino que se han transformado en un insoportable sueño de monstruos, de máscaras participando de una ceremonia sangrienta.
El autor: YUKIO MISHIMA ( Tokio, Japón, 14 enero 1925 – 25 noviembre 1970) es considerado uno de los más grandes escritores de la historia de Japón. Para la cultura occidental es uno de los llamados escritores “malditos”, por la temática sádica y de muerte, y su vida de excesos, incluida su muerte ritual y su ideología posfascista.
La hipermasculinidad y la vigorexia del Mishima adulto ultrareaccionario, es la máscara que disimula al joven sensible y masoquista, con tendencias homosexuales.

Comentarios
·         “Me gustó leerlo, aunque resultó difícil. Al releerlo se disfruta más”.
·         “No se termina de entender, es muy complejo”
·         “El personaje quiere ser “normal”, pero se engaña, todo es falso, de ahí la exactitud del título, se enmascara, se oculta"
·         “ No hace referencia directa a la masturbación, se expresa con metáforas”.
·         VALORACIÓN PROMEDIO  7.-


sábado, 11 de mayo de 2013

La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes

 

Presentes: Alicia, MariCarmen, Charo, Pili, Lindy, Carmen, Juan Ernesto y María Josefina.

 

Presentación: María Josefina

 

 

La muerte de Artemio Cruz es la obra más importante de Carlos fuentes, se publica en el año 1962. Su estructura es muy original. Relata el día de la muerte de Artemio Cruz y juega con los tres pronombres.

La idea presente en la obra es que la memoria es lo que nos salva, es el espejo donde el hombre se reconoce.

¿Cómo evitar los errores del pasado? Recordándolos.

La obra tiene una notable complejidad, que provoca en el lector confusión, ya que el personaje en sus momentos finales de su vida balbucea incoherencias, fragmentos de recuerdos , que en la cabeza del lector se va armando como un rompecabezas.

No son capítulos, son fragmentos separados por espacios en blanco. El primer capítulo es un monólogo interior de un personaje que percibe la gravedad de su enfermedad hasta el punto que piensa que le espera una pronta muerte. Esta situación extrema condiciona tanto la estructura como el modo narrativo. El Yo inicial, semi inconsciente va reconociendo su estado físico, su entorno y transmite de manera caótica sus pensamientos, las frases que escucha, provocando perplejidad en el lector.Los primeros monólogos dan las claves para entender la estrucutra tripartita que se mantiene en toda la obra, enunciada sucesivamente por los pronombres yo / tu / él. El estado de semi inconsciencia en que se encuentra el personaje justifica esos desdoblamientos de su personalidad.

Trata de doce días especialmente importantes en la vida de Artemio Cruz, que recuerda en las últimas horas de su vida, el “yo” percibe semi inconsciente lo que le rodea, el “tu” es la conciencia lúcida de Artemio Cruz, el “él” son sus recuerdos, y lo que permite al lector armar en su cabeza la historia, ya que hay una referencia temporal (estos recuerdos están fechados). La obra está estructurada como un gran monólogo.

Es una reflexión sobre el México después de la Revolución. También se ocupa de temas universales como la soledad, el desamor, el poder.

Los temas que ocupan su mente son: su vida junto a Catalina, marcada por el fracaso, la juventud y el amor, representado por Regina. El recuerdo de su hijo Lorenzo “cruzando el río a caballo”, frase que se repite constantemente. Recién en la secuencia (7) y (9) se puede contextualizar la frase en el nivel “tu”.

Los temas no se presentan definidos, salvo en lo referente a Lorenzo.

Al finalizar la novela el lector puede reorganizar la trama: la frenética actividad de Artemio Cruz el día que cae enfermo, la visita al médico, su rápido deterioro, la consulta a otros médicos, el traslado al hospital, la operación  y el momento de su muerte.

En la obra se distinguen tres niveles relacionados a diferentes temporalidades: el tiempo presente (Yo), el tiempo del recuerdo (él), el futuro ( tu) y lo atemporal ( México, la Humanidad).

Artemio es símbolo del mexicano mestizo, no conoce a su padre, pero sí ha tenido figuras paternas importantes, primero Lunero, después Sebastián.

Artemio Cruz representa a una nueva clase social surgida de la Revolución , es el prototipo de la nueva oligarquía a la que le importa mucho el dinero y la posición social.

En muchas ocasiones son los acontecimientos los que deciden por uno, esta idea se ve claramente en  algunos pasajes de la novela.Depende de lo que elijas lo que la vida te depara. Cada elección te obliga a abandonar otros posibles caminos, así cada uno es arquitecto de su propio destino.

Artemio Cruz triunfa en lo social y lo económico pero fracasa en lo personal.Afectivamente está vacio. Su matrimonio  es la causa directa de su fracaso. Imagina para su hijo Lorenzo todo lo incumplido en su vida, pero Lorenzo elige participar en la Guerra Civil Española, donde pierde la vida.

La novela sugiere el amor como salvación, Artemio Cruz no lo consigue, tal vez podría haber sido Regina. A Catalina no logra conquistarla pese a que aceptó casarse con él, y ni su relación con Laura o Lilia consiguen que el amor regrese a su vida.

Otra idea en la novela es la pérdida del paraiso, así es conservada en la memoria la infancia , el recuerdo de Cocuya, los días con Lunero, cree que podrá recuperar ese paraiso comprando y recuperando la hacienda de los Manchaca ; que si lo hubiese reconocido su padre, hubiese heredado.

Artemio Cruz confunde el ser con el tener.

Es una lectura muy interesante pero difícil, densa.

Es importante conocer los diferentes prólogos que ofrecen luz sobre el texto, especialmente el de José Carlos González Boixo de la Editorial Catedra. Allí dice González Boixo: “Muchas veces son más importantes las palabras que las acciones o los personajes”. Utiliza un lenguaje a veces opaco, otras traslúcido.

 

Opiniones de los integrantes:

Me costó mucho su lectura, pero me resultó un interesante desafío. Valió la pena leerlo.
Es un libro exigente  para el lector y un ejercicio brillante del autor.
La satisfacción se puede encontrar a través del esfuerzo.
Exceso de palabras
Mecanismo de relojería
La intensidad ha ido in crescendo
Bonita historia de amor
Filosofía final del libro es la elección: página 139 “... tu mismo ¿cómo podrás negar que cada una de tus afirmaciones se negará, que cada una de tus negaciones se afirmará?...que no te faltará, ni te sobrará una sola oportunidad para hacer de tu vida lo que quieras que sea. Y si serás una cosa y no la otra, será porque, a pesar de todo, tendrás que elegir. “
Puntuación: Muy dispar, algunos lectores valoraron muy alto la novela, otros un aprobado . Promedio: 6,83

viernes, 26 de abril de 2013

Cuando leas esta carta de Vicente Gramaje



Cuando leas esta carta, decidirás escribir un libro, porque si él puede tu también.

Un libro sencillo que entretiene bien estructurado, demasiado descriptivo pero que a vez nos relata una parte de la historia de España poco conocida o poco publicitada y a su vez nos cuenta la vida del narrador o protagonista. Las dos historias están bien ensambladas dentro de la novela.

Quizás puede decepcionar no leer la carta, pero es un final lógico y que evite que decepcione su lectura.

Lo más destacable quizás es los diferentes sentimientos ante la muerte en diferentes momentos y en diferentes personajes.


Puntación: 7.25

“Solo se equivoca, el que decide equivocarse, es un privilegio de los que toman decisiones”

Carlos Salem Sola (Buenos Aires 1959). Tiene 54 años.



Es escritor, poeta y periodista, desde el '88 vive en España pero hasta 2008 no comienza a escribir poemas y novelas, desde entonces no ha parado; 5 novelas, varios poemarios, dos libros de relatos y una obra de teatro, todo eso en 4 años.
Como periodista, llegó a dirigir El Faro de Ceuta y el de Melilla, actualmente es colaborador de distintos medios de prensa y radio.
Mantiene un blog activo, elhuevoizquierdodeltalento.blogspot.com: su última entrada se llama 'uso de las preoposiciones según el PP', a propósito del caso Bárcenas.
A alguien le pagaron
ANTE la pasividad de otros
BAJO cuerda
CON dinero negro
DE alguien
DESDE hace años
DURANTE años
EN un pacto
ENTRE dirigentes
EXCEPTO los pringados que miraban
HACIA otro lado
HASTA que se supo
MEDIANTE una venganza
PARA cambiar a los que mandan
POR otros similares
SALVO error u omisión
SEGÚN alguno se quede
SIN su
SOBRE
TRAS tras rezar en maitines.



Lo que sobra

Ahora que todo
ha quedado en nada
me sobran los dedos que hasta hace poco se turnaban
para buscarte resortes y cosquillas
en la compleja maquinaria que ocultas entre las piernas

Ahora que todo
ha quedado en nada
mi boca sólo sirve para boquear besando al aire del cigarro
o masticar alguno de tus platos favoritos
como si te masticara
Y no es lo mismo.

Ahora que todo
ha quedado en nada
mi sexo se convierte en un absurdo artilugio para mear llorando
una molestia que me impide dormir de lado
un polo de ceniza y fresa
un tizón helado

Ahora que todo
ha quedado en nada
los poemas que escribo me suenan a declaración de la renta
y en cada verso me defraudo
y en cada verso te desgravo
intento la venganza de un soneto
pero siempre me rima con “afrenta”
y todas las palabras se me deshacen entre los verbos

Ahora que todo
ha quedado en nada
mis ojos son tajos en la cara
que froto contra la pantalla de la tele
o en tu inolvidable sonrisa que se burla
en cada foto.

Ahora que todo
ha quedado en nada
me sobra todo.
O tal vez no.
Creo que no.
Seguro que no.
No me sobran
ni los dedos ni la boca ni los versos
Ni los ojos ni la polla.
Me sobras tú.
Por eso me pido otra cerveza
y espero ver entrar por esa puerta
a la mujer
que te borre para siempre
esa jodida sonrisa
de las fotos.
Sus novelas, hasta hora se pueden enmarcar dentro del género policíaco, especialmente las tres primeras, dónde los personajes aparecen cruzados, pero  cuyas tramas son completamente independientes entre sí y por las que ha ganado diferentes premios como el de la Semana Negra de Gijón y el premio NOVELPOL.
'Pero sigo siendo el rey' es su tercera novela, publicada en 2009 es su última obra para la editorial Salto de Página (la última novela la ha sacado en RBA) y ha resultado merecedora del premio Mandarache 2012, donde también he visto que fue finalista Isaac Rosa por la novela 'El país del miedo', que curiosamente es la novela que yo propuse y que traigo por si a alguien le interesa.
Como comentario personal decir que, Pero sigo siendo el rey es una 'novela de carretera' de ida y sobre todo de vuelta para el protagonista y, en mayor o menos medida, sus acompañantes.
A mi juicio consta de tres partes de interés personal decreciente.
La primera parte es la que más me gusta, llena de clichés del género negro; Nos cuenta la historia de Arregui, hombre duro que no se casa con nadie, con un pasado que lo atormenta y que le impide avanzar que, pese a muchas reticencias decide hacer un viaje para buscar al Rey fugado.
En ella, Aguirre suelta frases y pensamientos que noquean como:
La honestidad en un político, es un estado gaseoso que se puede dispersar en cuanto se abren las ventanas de la necesidad, los intereses del partido, o el cariño por la poltrona que ya va tomando forma de culo.
La furia es como unos calzoncillos apretados: te recuerda que tienes cojones, pero acaba dejándotelos escocidos.
Una vez encontrado al Rey, inician la segunda parte de la novela, un recorrido por una España rural, difusa y subrealista, donde a Aguirre y al rey se les unen dos personajes más, igualmente perdidos que intentan encontrar el camino con el que proseguir sus vidas. Por esta parte, he leido en varias críticas comparaciones con la película 'amanece que no es poco', comparaciones que me parece, le quedan un poco grandes a esta novela.
La última parte del relato, la completan las peripecias por Madrid, antes de poder entregar al rey, y es dónde me parece que le obra decepciona más, porque yo me puedo creer que haya dos hermanos que todavía continúan en Guerra Civil o que Luis Cobos busca la melodía en su Rolls Roy en algún lugar entre Extremadura, Castilla y Madrid, pero que el Rey esté disfrazado de mariachi en una manifestación mientras le persiguen ya me parece demasiado... En fin, que lo veo todo muy forzado para que todo tenga un final feliz donde los buenos ganan y los malos pierden, especialmente Aguirre, que consigue pasar página y abrazar al amor.
Pero a mi juicio dónde la novela flojea aún más es en la imágen que se proyecta del Rey de España, completamente estereotipada como la de un ser bobo, bonachón, inocente y campechano y ahí es donde la novela se vuelve más inverosímil todavía; nuestro rey no se va a buscar al niño a Portugal, se va a Botwana a cazar elefantes con su querida. Nuestro Rey no es un ser estresado por el trabajo y las presiones derivadas de su cargo; es un mantenido a la sopa boba que ve como sus súbditos son estafados desde su yate, regalo de Díaz Ferrán y otros amigos mallorquines. Un Rey con funciones inútiles para los españoles, pero que no duda en ser mantenido a consta de nuestros bolsillos desde la más absoluta falta de transparencia. Un Rey que permitió que su yerno mangara todo el dinero público del que fue capaz y en vez de denunciarlo optó por desterrarlo,... En definitiva, Aguirre con los huevos que tú tienes, tenías que haberle cantado al Rey las cuarenta, convencerlo para que se fuera con su amante y obligarlo a abdicar a favor de su hijo.

jueves, 31 de enero de 2013

¿Qué haces con ese libro aquí?

 Por: Iván Thays | 30 de enero de 2013 Fuente: El País

- ¿Qué haces con ese libro aquí?
No era la primera vez que oía esa pregunta, pero sí la primera que me percaté de una conducta compulsiva: simplemente no podía dejar de leer. Tampoco podía dejar de llevar un libro a donde quiera que fuese. Era la boda de una prima mía, yo aún era un adolescente universitario y como el libro que estaba leyendo en ese momento no entraba en el bolsillo de mi saco, lo llevaba en la mano. Lo traía conmigo para leerlo en el taxi o microbús que me llevó hasta la iglesia. Pero no descartaba abrirlo en algún momento de la ceremonia o de la fiesta y avanzar una o dos páginas. El francés Charles Danzig dice en su libro ¿Por qué leer?: "Más de un parquímetro de París se ha conmovido al oír que le pedía educadamente perdón después de haberme chocado con él, leyendo algún libro". En Lima no hay parquímetros, pero sí me he disculpado con algunos postes.
El origen fue la biblioteca de mi padre. Mi padre no fue un gran lector, era ingeniero y economista y prefería ver televisión o películas en vhs, pero sí fue un coleccionista. No podía evitar coleccionar todo aquello que estuviese numerado y lo vendiesen en supermercados o kioskos. Antes de que yo naciera, logró hacerse de una colección de libros de Ariel, una editorial ecuatoriana, que se dividía en dos: libros serios para adultos y libros clásicos condensados para jóvenes, con ilustraciones. Esas colecciones de Ariel me convirtieron en un lector compulsivo: leía, en estricto orden, las resumidas aventuras del Capitán Nemo, Robinson Crusoe o el Quijote y disfrutaba de los dibujos. Tenía 8 años.
Una noche, descubrí que mi abuela, que vivía con nosotros, todas las noches sacaba uno de los libros y al dia siguiente lo dejaba en su sitio. Sentí envidia de que pudiese leer en una noche lo que yo demoraba semanas. Me dediqué entonces a competir con ella silenciosamente, como libraba todas mis batallas en esos años. Al principio, por más que insistía en quedarme largas horas por la noche despierto, no podía alcanzar la velocidad lectora de mi abuela. Nunca le mencioné a ella, ni a nadie, esa competencia, pero sí celebré cuando conseguí leer un libro al día: una biografía de Napoleón que tenía exactamente cien páginas. Hace unos años comenté esta anécdota por primera vez en público. Mi madre se rió y me dijo que mi abuela, fallecida hace años, solo leía las ilustraciones y pasaba las páginas. Es probable, pero de todos modos le debo a ella mi oficio y los momentos más extraordinarios de mi vida.
Por cierto, la página 100 de cualquier libro se ha convertido en un mito. Cuando llego a ella, por más páginas que tenga el libro, me detengo un rato a descansar y siento que he conquistado un Everest; lo demás es coser y cantar.
Cuando entré a la secundaria empecé a leer las colecciones de la editorial colombiana Oveja Negra, que incluía Obras Maestras del siglo XX (con la seriedad de sus tapas marrones que imitaban el cuero) y Grandes Bestsellers en las que podía aparecer cualquier libro que hubiese sido llevado al cine, por lo tanto una semana tocaba Graham Green, Herman Melville o Lampedusa y la otra Margaret Mitchel o León Uris. No discriminaba. De esas colecciones, el único libro que confieso que no pude pasar de la página 100 (y siento aún hoy algo de culpa) es la investigación Todos los hombres del presidente, enfangado en detalles de la política norteamericana tan específicos y una lista de funcionarios del gobierno de Nixon que me hizo sufrir más que la genealogía de los Buendía.  
Después de leer un extraordinario post en el blog The Million de Michael Bourne, titulado "My New Year’s Resolution: Read Fewer Books", me pregunté cuánto habían cambiado mis hábitos de lector en estas décadas. La respuesta fue dura. A diferencia de mis años universitarios, ahora puedo comprar más libros pero tengo menos tiempo para leerlos. Calculo que entre los 20 y 30 años leía un promedio de tres libros a la semana. Esa medida bajó muchísimo, como le sucedió a Bourne, cuando tuve un hijo y un empleo a tiempo completo (además de mi afición a ver series de TV). Actualmente, algo más de un libro por semana es mi promedio y también creo, como dice el artículo, que una meta de sesenta libros al año es realista.
Con esa convicción, empecé 2013 en una casa de playa y pude leer tres libros en cuatro días. Me sentí feliz, radiante, rejuvenecido. Fue una ilusión, pues en la ciudad mi ritmo ha vuelto a ser el de los últimos años pero confío que llegaré a los sesenta libros, incluso proponiéndome algunas lecturas largas (la biografía de John Cheever me espera en el próximo feriado largo, y quisiera releer este año los dos tomos de la biografía de Nabokov). Desde luego, sé que la velocidad no implica una mejor lectura, y probablemente alguien pueda argumentar sólidamente que leer un solo libro durante todo el año puede ser una experiencia más enriquecedora que mi meta de sesenta libros en un año. Da igual. Existen muchas maneras de leer y muchos tipos de lectores. Yo soy de los que leen en el ascensor y se golpean con los postes. Repasando mi vida, veo que han sido realmente pocas las ocasiones en las que he salido de mi casa sin un libro en la mano. Y la sola posibilidad de encontrarme atrapado en un sitio sin nada que leer me crea una angustia anticipada. 
¿Por qué llevé un libro a un matrimonio? Pues porque soy un lector compulsivo, porque siento que cuando no leo estoy perdiendo el tiempo, porque desde niño los libros son parte importantísima de mi vida, porque aprovecho cualquier ocasión que estoy a solas para leer y sobre todo porque, como dice Dantzig, "Leer es mucho más interesante que entretenerse".