LECTURAS 2017/2018

26 SEP 17 Manual para mujeres de la limpieza - Lucía Berlin

30 OCT 17 Patria – Fernando Aramburu

21 NOV 17 24 horas en la vida de una mujer – Stephan Zweig

19 DIC 17 La calle de la judería - Totti Martinez de Leza

30 ENE 18 Demonios familiares – Ana Mª Matute

27 FEB 18 Media vida – Care Santos

20 MAR 18 El blog del Inquisidor - Lorenzo Silva

24 ABR 18 Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido – Paloma S. Garnica

29 MAY 18 El domingo de las madres – Graham Swift

26 JUN 18 Ojo de pez - Antonio J. Ruiz Munuera

martes, 5 de abril de 2011

Histórico fallo de Oyarbide condenó el "genocidio" del pueblo armenio

Al borde de las lágrimas, el juez presentó una sentencia inédita a nivel mundial: los asesinatos de un millón y medio de armenios fueron un delito de lesa humanidad

foto perfil.com

Las protestas se repiten año tras año en reclamo del reconocimiento por parte del Estado Turco. | Foto: AFP

La Justicia argentina declaró este viernes con entidad de "sentencia definitiva" que el Estado Turco cometió "el delito de genocidio en perjuicio del pueblo armenio". La declaración se basó en el asesinato, entre 1915 y 1923, de un millón y medio de personas, de acuerdo a las constancias del "Juicio por la Verdad" tramitado en nuestro país en los últimos diez años.

De esta manera fue resuelto por el juez federal Norberto Oyarbide en el marco de una demanda presentada en el año 2000 por el escribano Gregorio Hairabedian, quien aseveró que le fueron asesinados unos cincuenta familiares, víctimas del "genocidio" también conocido como el "Holocausto Armenio".

Es la primera vez en en el mundo en que se aplica el concepto de jurisdicción universal para el genocidio armenio, considerado por muchos analistas internacionales como el primer genocidio sistemático moderno.

La resolución fue leída hoy por el propio Oyarbide quien, en una audiencia realizada ante representantes de la colectividad armenia, estuvo al borde del llanto en reiteradas veces a medida que brindaba detalles del "genocidio".

La condena no tiene efectos sancionatorios pero si permitirá a los demandantes usar este antecedente con valor de sentencia ante otros foros internacionales. La sentencia podrá ser presentada ante otros tribunales u organismos como las Naciones Unidas con el valor de "cosa juzgada".

En el fallo judicial, se valoró "la subsistencia en el orden institucional, de la continua y pertinaz acción de la comunidad Armenia diseminada por todo el mundo".

El magistrado explicó que en su investigación tuvo en cuenta no sólo el testimonio de sobrevivientes y familiares de las víctimas, sino además pruebas documentales que requirió a distintos países como Alemania y la Santa Sede quienes contestaron los reclamos poniendo a disposición sus archivos históricos y políticos.

"No es ni puede ser ésta, una proposición de exhaustivo revisionismo histórico, sindicativa de todos y cada uno de los episodios representativos del genocidio armenio", aclaró el magistrado.

El juez Oyarbide reclamó por último a Turquía que informe sobre la suerte de los familiares de Hairabedián, quienes estaban radicados en las ciudades de Palú (Jarput) y Zeitún (Soulemainy), antes de desaparecer.

El genocidio es considero delito de lesa humanidad y su imprescriptibilidad se encuentra regulada por la "Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad" del 26 de noviembre de 1968.

Estambul


Estambul es un retrato de una de las ciudades más fascinantes de la Europa que mira a Asia. Pero es también una autobiografía de Orhan Pamuk. Su historia empieza en al infancia, recordando como tomó conciencia de que vivía en un espacio plagado de melancolía, un lugar que arrastraba un pasado glorioso e intentaba hacerse un hueco en la modernidad. Esta elegía sirve para acercarnos a villas fantasmagóricas y callejuelas secretas, a estatuas valiosas y mutantes, a pintores,, escritores y célebres asesinos. A una ciudad donde, por encima de todo, destaca el terapéutico Bósforo, que en la memoria del narrador es vida, alud y felicidad.

Estambul es un libro escrito por un hombre enamorado de su ciudad.

COMENTARIO DE MANDARACHE:

ASISTENTES: Mari Carmen, Estela, Loli, Alicia, Maria Josefina, Chari, Pili y Carmen.

Si se ha visitado Estambul se disfrutará de la lectura de este libro, un libro muy descriptivo, denso y que llega a saturar.

Pamuk , pinta escribiendo. Sus dos placeres la escritura y la pintura.

Desde la infancia Pamuk sufre un desdoblamiento de su personalidad y “aquella idea se fue convirtiendo en una fantasía, y la fantasía en la escena de un sueño.”

El sentimiento de amargura está presente continuamente y la describe como un sentimiento derivado de una pérdida dolorosa en lo espiritual.

El ansia de aprobación le hace superarse en lo que hace, para sentirse amado y aceptado.

A través de sus ojos conocemos la ciudad de Estambul y su historia. Nos menciona diversos escritores y pintores que han sido claves para conocer la historia de la ciudad

Como Jan Morris citó en The Guardian: “Este libro es en sí la vocación de Pamuk, el yo y el lugar reconciliados para siempre. Sus novelas ya lo habían hecho célebre en el mundo entero, pero quizás se le recordará aún más por este monumento a la ciudad de su corazón”

LA FRASE: “Esa dependencia de Estambul, significa que el destino de la ciudad era el mío porque es ella quién ha formado mi carácter.”

Puntuación: 6

Reunión de Febrero



Nos reunimos en casa de Carmen Vera el jueves 24 a las 20.30 horas.

Carmen, Nuria, Lola, Mª Josefina, José Carlos, Juan Ernesto, Estela y Alicia

Leímos y comentamos el libro de Mario Vargas Llosa “La tía Julia y el escribidor”.

Al tratarse de una novela escrita hace ya treinta años se incluyó especialmente por el hecho de que su autor es el último Premio Nobel de Literatura, la charla-discusión se desarrolló en una visión global de la producción de Vargas Llosa, centrándose luego en la novela objeto de nuestra reunión.

Se debatieron los aspectos autobiográficos contenidos en los capítulos impares y la ficción de los pares. En su contenido que podríamos denominar “personal” Vargas realmente introduce muchos elementos de su vida que él mismo justifica para dar “unidad” a la trama que se desarrolla en el resto de la obra.

Es una crítica a los radioteatros tan en boga en los años 50 pero que también pretende justificar el aspecto real de los mismos, ya que las historias de amor y desamor, prejuicios de una sociedad muy apegada a principios morales referentes más al “qué dirán” que a la propia dinámica de la vida diaria a mediados del siglo pasado, terminan por alienar al autor que los escribe frenéticamente, dirige, interpreta y finalmente acaba, como sus personajes víctima de su propia fantasía en una locura incendiaria y homicida para con sus criaturas literarias.

Cuatro países se representan en la novela a través de estos personajes: Perú, Bolivia, Argentina y, marginalmente, Chile:

Perú: Varguitas, su familia y amigos..

Bolivia: la Tía Julia, el Escribidor.

Argentina: sujetos que actúan y son el centro de las críticas maliciosas del autor.

Chile: como lugar de acogida para la Tía Julia cuando debe huir de Perú a la espera de las noticias de Vargas que le permitan regresar a Lima ya asumida su condición de mujer casada con un joven 12 años menor que ella y pariente colateral.

Comentario general:

No es la mejor novela de Vargas Llosa (ni lo pretende), su lectura es rápida, entretenida, ligeramente caótica cuando se mezclan los personajes que se distancian no sólo en el tiempo si no también en el espacio ya que debemos recordar la estructura en capítulos pares-ficción e impares, -autobiográficos-.

Se menciona también el Discurso pronunciado por Vargas Llosa con motivo de la entrega del Premio Nóbel Elogio de la lectura y la ficción”, una hermosa reflexión sobre la experiencia de leer y comprender, en definitiva, un canto a esa maravillosa relación que existe entre la literatura y la vida. Personalmente creo que nada describe mejor ese sentimiento que las propias palabras de su autor que nos revela qué significó para él aquella mañana cuando descubrió que su padre, a quien creía muerto estaba muy vivo:

“Una mañana peruana, de la que todavía no creo haberme recobrado, mi madre me reveló que aquel caballero, en verdad, estaba vivo. Y que ese mismo día nos iríamos a vivir con él a Lima. Yo tenía once años y, desde entonces, todo cambió. Perdí la inocencia y descubrí la soledad, la autoridad, la vida adulta y el miedo. Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz. Y fue escribir, a escondidas, como quien se entrega a un vicio inconfesable, a una pasión prohibida. La literatura dejó de ser un juego.”

Esto se manifiesta en La Tía Julia y el Escribidor cuando Varguitas se entera de que sus padres regresan de Estados Unidos al conocer que se va a casar con su tía, mayor y divorciada. Tiene miedo de la reacción de su padre, de su castigo, de su incomprensión y, en definitiva que, como cuando tenía once años y lo descubrió, todo cambiara.

Nota media: 8 ½

comentario de Estela