QUERIDOS LECTORES. Iniciamos aquí la publicación en varias entradas de la publicación arriba mencionada de nuestro compañero Antonio Lois
Origen de la tertulia
Se suele asociar la palabra “tertulia” con Tertuliano de Cartago (Quinto Septimio
Florencio Tertuliano), famoso Padre de la Iglesia del siglo III, orador y apologeta con gran
dominio de la retórica en su forma de argumentar. A este gran retórico se le llamaba tre
Tullius “el que vale tres veces como Tulio (refiriéndose a Marco Tulio Cicerón)”, el gran
orador romano. En el siglo XVII se comenzaron a formar círculos de gente culta que se
reunía en algún local para leer a Tertuliano y a los grandes retóricos de la antigüedad y,
de esta manera, aprender a conversar y argumentar en los salones. No obstante, ya
habían existidos las llamadas academias literarias del Siglo de Oro, como la valenciana
Academia de los Nocturnos, o la de Sevilla dirigida por el Duque de Tarifa que se reunía
en la Casa de Pilatos. También se daban las reuniones de los críticos al acabar una pieza
teatral en la zona de los corrales de comedias denominada tertulia.
En España, una velada, sarao o soirée
podía perfectamente terminar o completarse con
una tertulia entre gente que departía
amigablemente sobre todo lo divino y lo humano, y
en concreto sobre la actualidad política y cultural.
La voz “tertulia” empieza a utilizarse en el
siglo XVIII y figura ya en el Diccionario de
Autoridades (1739) en el sentido de "Junta
voluntaria o congreso de los discretos para
discurrir en alguna materia" y en el más mundano
de "Junta de amigos y familiares para
conversación, juego y otras diversiones honestas"
que se solía dar tras la comida, en la llamada
sobremesa. El galicismo salón no se incorpora al
DRAE hasta 1925 en el sentido de "Reunión habitual en una morada de personas
distinguidas por su condición o por su cultura". En el XIX se prefiere el uso de “salón”,
sobre todo si se refiere al ámbito aristocrático y habida cuenta de que con él se designa
no solo la reunión, sino también el monumental marco físico en que se desarrolla; únicamente un escritor tan castizo como
Juan Valera, aunque conoce ambos
términos, muestra una abierta preferencia
por el de "tertulia" frente al de "salón".
No obstante, tertulia como tal, se
puede considerar con sello español. Ha
habido tertulias famosas ya desde el siglo
XV, pero las más célebres fueron las tertulias
literarias del siglo XX.
La palabra tertulia refleja la idea de
algo abierto, desenfadado, liberal, que
favorece el intercambio de opiniones sobre
diferentes temas, donde todas las
intervenciones son igual de importantes. La palabra tertulia suena a amistad, cercanía,
charla compartida, intercambio de opiniones.
En el siglo pasado era cosa de burgueses que tenían tiempo para hablar y discutir,
tomar café y hacer tertulia. Es una palabra y un concepto español.
En su definición formal, tertulia es una reunión informal y periódica de gente
interesada en un tema o en una rama concreta del arte,
la ciencia o la filosofía, para debatir e informarse o
compartir y contrastar ideas y opiniones. Por lo general,
esta reunión se da por la tarde o la noche en un
cenáculo, café, cafetería o cervecería (menos
frecuentemente, y por lo general en ámbitos más
rurales, en una rebotica o casino) y suelen participar en
ellas personas del ámbito intelectual. Es costumbre de
origen español, asociada a veces a la costumbre
hispánica de la charla de sobremesa, y se mantuvo
arraigada hasta mediados del siglo XX en las colonias
independizadas del imperio español.
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