LECTURAS 2017/2018

26 SEP 17 Manual para mujeres de la limpieza - Lucía Berlin

30 OCT 17 Patria – Fernando Aramburu

21 NOV 17 24 horas en la vida de una mujer – Stephan Zweig

19 DIC 17 La calle de la judería - Totti Martinez de Leza

30 ENE 18 Demonios familiares – Ana Mª Matute

27 FEB 18 Media vida – Care Santos

20 MAR 18 El blog del Inquisidor - Lorenzo Silva

24 ABR 18 Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido – Paloma S. Garnica

29 MAY 18 El domingo de las madres – Graham Swift

26 JUN 18 Ojo de pez - Antonio J. Ruiz Munuera

domingo, 26 de junio de 2016

César Aira: “Leyendo novelas no se aprende nada” FUENTE EL PAIS

César Aira (Coronel Pringles, 1949) apenas concede entrevistas en su país. “Me absorbían mucho y corté con todo”, explica. “Así me hice una fama de ermitaño y malo, que no lo soy”. Aira está en Madrid para presentar la biblioteca de autor que Literatura Random House acaba de dedicarle y que incluye títulos como Las noches de Flores, Episodios en la vida del pintor viajero o El cerebro musical. Él corresponde sometiéndose a un tercer grado: “Lo hago porque me siento culpable con los editores. No soy buen negocio para ellos”.
PREGUNTA. ¿Qué le parece tener una biblioteca con su nombre?
RESPUESTA. Está bien. Me da prestigio, me pone a la altura de qué sé yo… Saramago [ríe]. Me hincho de orgullo.
P. La biblioteca coincide con su libro Sobre el arte contemporáneo. ¿Qué puede aprender un escritor de un artista como Marcel Duchamp?
R. La fascinación por Duchamp me vie- ne de que su obra es de interpretación ­inagotable. También de su juego de ideas. Tiene esa mezcla rara, y ese es uno de sus enigmas, entre intelectualidad y dadaísmo.
P. ¿Y qué sale de esa mezcla?
R. Un mecanismo por el que las ideas de un intelectual inteligente mutan en juegos sin lógica.
P. ¿Cuál sería el equivalente literario de Duchamp?
R. Podría ser Borges, aunque Borges no tenía ese costado dadaísta. El suyo es un juego de la inteligencia transparente. Para empezar a escribir yo necesito una de esas ideas como las de Borges: el hombre que lo puede recordar todo, el punto donde se reflejan todos los puntos del universo. Las mías son más modestas: una escalera por la que cuando se sube se baja… Necesito una idea que me desafíe a desarrollarla en un relato convencional pero partiendo de algo que no lo sea. Se lo pongo fácil al lector: ya que el fondo es difícil, la superficie debe ser clara.

P. ¿Cómo establece el recorrido argumental de una idea? Algunas podrían dar de sí el doble o la mitad.
R. El relato tiene que tener un marco, y el mío es de alrededor de 100 páginas. No proyecto nada, el argumento se va armando solo. A veces, cuando paso a la computadora lo que escribo, voy mirando el contador. Con 20.000 palabras ya sale un librito.
P. ¿Escribe a mano?
R. No solo a mano sino dibujando. He llegado a cierto fanatismo en eso. Cuando veo en la pantalla una palabra que quiero cambiar, la sustituyo también en el cuadernito.
P. El arte ha asumido la revolución de Duchamp, pero la literatura sigue siendo muy tradicional.
R. Si uno ve los experimentos que se hacen en las artes plásticas o en la música se da cuenta de que la literatura tiene un sustento tradicional del que no puede salir sin volverse otra cosa. En realidad, lo que yo escribo, aunque me tachan de vanguardista, es bastante convencional. En la forma, quizás no tanto en los contenidos.
P. Otro de sus referentes, Raymond Roussel, inventó un mecanismo para generar relatos que a usted le parece un buen método “contra la miseria psicológica”. ¿La psicología le parece miserable?
R. Yo no uso ningún procedimiento para generar relatos, aunque hay algo de eso en la improvisación. Así me evado de la psicología. Ahora veo mucha narrativa de jóvenes tan satisfechos consigo mismos que consideran que exponer sus opiniones y sus gustos es suficiente. No necesitan aprender la técnica ni molestarse en las descripciones y diálogos. Creo que eso viene de algo tan material como el ordenador, que exige escribir a toda velocidad. No da tiempo para la invención y tienen que recurrir a su maravillosa experiencia.
P. ¿Se refiere a la autoficción?
R. Algo así. Somos lo que escribimos. Salimos de una clase media más o menos acomodada y nuestras vidas se han vuelto cuentos de hadas. Se nos han solucionado todos los problemas. No tenemos más que exponer lo felices que somos.
P. Su novela Las noches de Flores no parece precisamente un cuento de hadas sobre la crisis argentina.

R. Me dejé llevar. Haciendo tantos experimentos, tanta cosa distinta, uno termina escribiendo incluso una novela con intención social, como podría parecer esa.
P. ¿La literatura no tiene utilidad social?
R. Si es literatura como arte, no. Los únicos libros que tienen utilidad social son los best sellers, que están llenos de información. Si alguien quiere aprender con las novelas, que lea best sellers. La literatura no te enseña nada más que el placer, el mismo placer que mirar Las meninas. Uno no aprende nada sobre Velázquez.
P. ¿Y sobre uno mismo?
R. ¿Escribiendo?
P. Y leyendo.
R. Escribiendo sí porque se ponen en claro las ideas, que generalmente son confusas. Cuando uno las escribe comprende que no es tan inteligente como creía. Leyendo no se aprende nada, pero se afina la inteligencia, el gusto, pero a quién le interesa refinarse si para tener éxito hay que ser todo lo contrario.
P. ¿Un libro no debe tener pretensiones políticas?
R. No. Si alguien usa la literatura como vehículo para transmitir ideologías le está haciendo un disfavor. Si quieres exponer tus ideas sobre el deterioro ambiental ya tienes Facebook y los diarios. Si no, estás buscando el prestigio de la literatura traicionando a los que le dieron ese prestigio sin usarla como vehículo: Kafka, Proust...
P. Parece tenerle un gran respeto a la literatura, pero su obra parece una broma enorme.
R. No lo veo contradictorio. Siempre pensé que a cierta edad lo mío sería la elegante melancolía. Hago todo lo posible, pero lo que escribo no me sale ni elegante ni melancólico. Me sale el juego. Tengo una veta infantil fuerte. Si tuviera que definirme diría que escribo libros infantiles para adultos, juguetes literarios para adultos que hayan leído a Lautréamont.


“Hay mucha industria literaria y poca historia de la literatura. Todo se estancó. Se escriben buenas novelas, ¿y qué?”

P. Alguna vez ha dicho que le interesa más lo nuevo que lo bueno. ¿Lo nuevo no caduca?
R. Había trampa: lo nuevo también tiene que ser bueno. La apuesta del escritor es que lo que hace cambie algo. Hay mucha industria literaria pero poca historia de la literatura. Nada cambia, todo es marcar el paso. Se siguen escribiendo buenas novelas, incluso buenísimas novelas, ¿y qué? Todo se estancó. Se estancó en lo bueno.
P. ¿Quiénes fueron los últimos que cambiaron algo?
R. Kafka, Borges.
P. En El congreso de literatura se propone clonar a un genio y elige a Carlos Fuentes. ¿A quién clonaría hoy?
R. A Vargas Llosa. ¡Un ejército de Vargas para conquistar el mundo! Lo de Fuentes lo hice con cariño, era buen amigo. Me devolvió la broma haciendo que me dieran el Premio Nobel en una novela suya.
P. Si se lo dieran le harían una faena. Adiós a su reputación.
R. Lo aceptaría por la plata. Este año estuve finalista en un premio y empecé a gastar imaginariamente. Cuando no lo gané me sentí tan pobre... Pero entiendo que no me den premios. Los que los dan tienen que justificar que los conceden porque el autor trabaja por los derechos humanos. ¿Qué iban a decir de mí? ¿Que me lo dan porque soy bueno? Eso no se ha hecho nunca.

20 palabras bárbaras y algo barrocas (pero no bizarras)


La letra B es la segunda letra del alfabeto y la primera entre las consonantes. Al parecer, la grafía procede del pictograma de una casa en los jeroglíficos egipcios. Además de eso, es la nota musical si en el sistema de notación anglosajón. A pesar de ser la segunda, solo es la decimoquinta más usada: aparece en un 1,42% de las palabras de nuestro idioma.
Aquí va una veintena de palabras que comienzan por la B y que podemos incorporar fácilmente a nuestro bocabul... Perdón, vocabulario.
Badulaque. No es una tienda abierta de 7 a 11 y regentada por Apu. Se trata de un afeite compuesto de varios ingredientes, que se usaba en otro tiempo. En desuso, chanfaina (guisado de bofes o livianos). Persona necia, inconsistente. También, persona impuntual en el cumplimiento de sus compromisos.
Bahorrina. Suciedad. También, conjunto de muchas cosas asquerosas mezcladas con agua sucia. Conjunto de gente soez y ruin.
Baladro. Grito, alarido o voz espantosa. De baladrón, que es un fanfarrón y hablador que, siendo cobarde, presume de valiente.
Baldragas. Hombre insustancial, simple y de poco carácter.
Batahola. También bataola. Bulla, ruido grande. Viene del italiano, battagliola.
Como escribía David Trueba en EL PAÍS en 2013, hablando del entonces ministro de Educación, José Ignacio Wert: “La enésima batahola desencadenada por la afición del ministro de Educación a regalar titulares jocosos ha puesto la guinda”.
Baticor. Pena, dolor.
Bebendurria. Reunión en la que se bebe mucho.
Bibliomancia. Forma de adivinación que consiste en abrir un libro por una página al azar e interpretar lo que allí se dice.
Bibliopola. También bibliópola. Librero (persona que vende libros).
Bigardo. Vago, holgazán. También vicioso y de vida licenciosa. Se usaba como insulto a ciertos frailes. Y en tono despectivo, persona alta y corpulenta. Tiene verbo, bigardear: dicho de una persona, andar vaga y mal entretenida. Y la bigardía es hipocresía, fingimiento, disimulación.
Bínubo, ba. Casado por segunda vez.
Binza. Es la película que tiene la cebolla por la parte exterior. También es una fárfara, la telilla o cubierta blanda que tienen los huevos de las aves por la parte interior. Y la simiente del tomate o del pimiento. Según el Diccionario de Autoridades, vendría del francés m i n c e , que significa "delgado".
Bizarro. Es la palabra más buscada en el diccionario online de la RAE. La razón: que no significa raro, a pesar de que casi todo el mundo la usa en este sentido, sino valiente (esforzado) o generoso, lucido, espléndido. Le dedicamos un artículo entero a esta palabra, con ejemplos incluidos. Lo merecía.
"Es el embajador príncipe de bizarro ingenio, originado de su grandeza". En E l c r i t i c ó n, de Baltasar Gracián.
Bodijo. Boda desigual o boda sin aparato ni concurrencia.
Bolonio. No solo es el estudiante o graduado del Real Colegio de España en Bolonia, sino que se usa en tono irónico para llamar a alguien necio e ignorante.
Boquerel. Boca de una manguera que sirve para regular el paso del fluido.
Buchinche. Café, taberna, tienda pequeña de aspecto descuidado. Viene de bochincho, “sorbo”, que a su vez viene de buche, que en su cuarta acepción significa trago.
“El Gato Negro fue, sencillamente, primero un buchinche donde se congregaban unos cuantos artistas, como si reviviese el tiempo romántico; luego una cervecería bohemia, que su dueño, Rodolfo Salís, decoró con tapices, lozas y pinturas”. Emilia Pardo Bazán en L a l i t e r a t u r a f r a n c e s a m o d e r n a.
Borborigmo. Ruido de tripas producido por el movimiento de los gases en la cavidad intestinal.
Bullebulle. Persona inquieta, entremetida y de viveza excesiva. De bullir.
Busilis. Punto en que estriba la dificultad del asunto de que se trata. Del lat. in diēbus illis 'en aquellos días', según la RAE, "mal separado por un ignorante que dijo no entender qué significaba el busillis”.
"El traje, las barbas, la gordura y pequeñez del nuevo gobernador tenía admirada a toda la gente que el busilis del cuento no sabía, y aun a todos los que lo sabían, que eran muchos". Miguel de Cervantes, en el Q u i j o t e.

lunes, 6 de junio de 2016

30 asombrosas palabras que empiezan por la A para aumentar tu aptitud y tu agudeza

Acarrazarse. Abrazarse con fuerza. Se usa sobre todo en Huesca.
Acmé. Del griego akmé ‘punta’. Es el “momento culminante. Está en el acmé de su
fama”. Y también el “período de mayor intensidad de una enfermedad”.
Adarce. Costra salina que las aguas del mar forman en los objetos que mojan.
Aeronato. Dicho de una persona: Nacida en un avión o en una aeronave durante el
vuelo.
Agibílibus. Del latín de agibilibus, que significa “sobre lo factible”. Es la habilidad,
ingenio, a veces pícaro, para desenvolverse en la vida. También puede referirse a la
persona que tiene agibílibus.
Ajaspajas. Cosa baladí, insignificante.
Alacre. Alegre, ligero, vivo.
Aladar. Mechón de pelo que cae sobre cada una de las sienes.
Albanado, da. Que está dormido. Viene del latín alba, “sábana”. Y procede de la
germanía, “jerga o manera de hablar de ladrones y rufianes, usada por ellos solos y
compuesta de voces del idioma español con significación distinta de la verdadera, y de
otros muchos vocablos de orígenes muy diversos”.
Alcabor. Hueco de la campana del horno o de la chimenea.
Amaitinar. Observar y mirar con cuidado.
Amartelamiento. Exceso de galantería o rendimiento amoroso. Como escribió
Francisco de Quevedo en Túmulo de la mariposa:
El aliño del prado
y la curiosidad de la primavera
aquí se han acabado,
y el galán breve de la cuarta esfera,
que, con dudoso y divertido vuelo,
las lumbres quiso amartelar del cielo.
Ambuesta. Porción de cosa suelta que cabe en ambas manos juntas y puestas en
forma cóncava.
Amok. Entre los malayos, ataque de locura homicida. Da título a una novela de Stefan
Zweig. En inglés incluso existe una expresión, to run amok, que significa volverse
frenético, perder el control.
Amonarse. De mona, borrachera: embriagarse, perder el dominio de sí por beber en
exceso. También, sentirse molesto.
Amoricones. Señas, ademanes y otras acciones con que se manifiesta el amor que se
tiene a alguien. Y en desuso, amores o amoríos.
Anagnórisis. Reencuentro y reconocimiento de dos personajes a los que el tiempo y
las circunstancias han separado. Reconocimiento de la identidad de un personaje por
otro u otros.
El ejemplo clásico es el de la Odisea, cuando a Ulises lo reconocen los demás
personajes al llegar a Ítaca.
Anhedonia. Incapacidad para sentir placer.
La anhedonia de ojos vacíos solo es una rémora del flanco ventral del verdadero
depredador, el Gran Tiburón Blanco del dolor. Las autoridades denominan esta
condición “depresión clínica” o “depresión involutiva” o “disforia unipolar”. David
Foster Wallace, La broma infinita.
Animálculo. Animal perceptible solamente con el auxilio del microscopio. La
terminación -culo. La terminación -culus era un diminutivo en latín. También tenemos
homúnculo (hombre pequeño) e incluso músculo, del latín mus, ratón, y culus,
pequeño: porque a los romanos el bíceps les parecía un ratoncillo bajo la piel. Incluso
bermejo proviene de la palabra latina vermiculus, que significa gusanito. El pigmento
de este color se obtenía, en fin, machacando cochinillas.
Antuviada. Golpe o porrazo dado de improviso.
Apianar. Disminuir sensiblemente la intensidad de la voz o del sonido.
Aporrar. Dicho de una persona: Quedarse sin poder responder ni hablar en ocasión en
que debía hacerlo.
Arcidriche. Tablero de ajedrez.
Ardorada. Oleada de rubor que pone encendido el rostro.
Arrancapinos. Hombre de cuerpo pequeño.
Arrobar. Nada que ver con las menciones en Twitter. Significa embelesar. También,
aunque en desuso, robar. Y, por último, enajenarse, quedar fuera de sí.
Como ejemplo, este chiste que cuenta Rosa Montero: Una ratita, parada sobre sus
cuartos traseros, alza la cabeza al cielo y contempla el paso majestuoso de un
murciélago con las alas extendidas. Y exclama con arrobada admiración: ‘¡Oh, mon
Dieu! ¡Un angel!’.
Asobinarse. Dicho de una bestia: Quedar, al caer, con la cabeza metida entre las patas
delanteras, de modo que no pueda levantarse por sí misma. Y dicho de una persona:
Quedar hecha un ovillo al caer. Del latín supinare, “poner boca arriba”.
Asperillo. Regusto agrio de la fruta no bien madura, o el que por su naturaleza tiene
alguna comida o bebida.
Atafagar. Sofocar, aturdir, hacer perder el uso de los sentidos, especialmente con
olores fuertes, buenos o malos. También es molestar a alguien con insufrible
importunidad. Y además, estar sobrecargado de trabajo.
Aurívoro, ra. Codicioso de oro. Del latín aurum, oro, y la terminación -voro, que viene
de vorare, devorar, y que se usa en los términos que hacen referencia a la dieta de los
animales (herbívoro, carnívoro, omnívoro…).
Texto redactado por Jaime Rubio con aportaciones de Mari Luz Peinado, Héctor Llanos, María Sánchez, Pablo Cantó, Anabel Bueno y
Lucía González.

ABRAPALABRA EN VERNE

En Verne somos muy de palabras. En nuestro primer día de vida ya publicamos una
lista de cosas que no sabías que tienen nombre, seguida de otra de palabras
extranjeras que deberíamos importar. Hemos hablado de etimologías y de frases
hechas, y también hemos propuesto algunas palabras que podemos aprender para
parecer más cultos (a cargo de Miguel Sosa).
Ahora y siguiendo el ejemplo de Mental Floss, comenzamos una serie en la que cada
lunes peinaremos el diccionario de la Real Academia para ofrecer una lista de
palabras llamativas y poco usadas que empiezan con cada una de las 27 letras del
alfabeto español. Es nuestra pequeña aportación al Año Cervantes, en el que se
conmemora el cuarto centenario de la muerte del escritor. Comenzamos, claro, por la
letra A, cuya grafía procede de la consonante fenicia aleph. Como los griegos no
tenían este sonido en su idioma, la usaron para transcribir su alfa, la vocal a.

Los Hilos del Corazón de Carole Martinez.

31 de Mayo de 2016

Cabo de Palos pero podría ser cualquier parte del mundo.

 Todo puede ser de muchas maneras y las personas muy diferentes

No hay que generalizar.

Costurera, pelea de gallos, amantes sentados en sillas, la niña de la luz, rojos, guardia civiles, niña con plumaje, el rojo y sobre todo mucha magia.

Realismo Mágico Barroco no se puede desprender de la realidad, le quitaría credibilidad .

Antiespañol, anacronico, absurdo.

Puff, Dar vueltas y más vueltas.

Góngoriano.

Simbolismo.

Legado.

“Quién devora a quién , el libro o el lector”

“Obteniendo una ostinada resistencia a la realidad, nuestras madres acabaron curvando la superficie del mundo desde el fondo de su cocina.”

“ Lo jamás escrito es femenino “

Puntuación:  5.3

ya tenemos las lecturas programadas para el curso que viene

¡ESTO PROMETE!
TITULO AUTOR FECHA
Mundo Amarillo Albert Espinosa 27. sep. 2016
Headhunters Jo Nesbo 25. oct. 2016
El dilema de Paula Cósimo Monroy 29. nov. 2016
Mi enemigo mortal Willa Cacher 20. dic. 2016
Todo se arregla caminando Antonio Molina 31. ene. 2017
No mires debajo de la cama Juan Jose  Millás 28. feb. 2017
La luz que no puedes ver Anthony Doerr 28. mar. 2017
El amante chino Maragarite Duras 25. abr. 2017
Un hombre llamado Ove Frederik Backman 30. may. 2017
 El Bosque animado Wenceslao Férnandez 27. jun. 2017